«Mi trabajo se inspira mucho en los retratos academicistas de la realeza … retratos que perseguían un ideal de belleza que hoy sabemos no es la norma y que, por defecto, yo a veces sigo buscando»

La obra de Carlo nace de una investigación que mezcla el azar, vivir en Galicia y su dominio para trabajar con el pincel los detalles y gestos más ínfimos y casi imperceptibles a la mirada humana. Todo comienza con su afición a la fotografía de retrato, la cual lo lleva a decidir experimentar por primera vez hace dos años con la pintura hiperrealista.

Todo este proceso lleva al pintor (y luego al espectador) a encontrarse con esa vida que habita en cada obra. Esa pulsión que lo empuja a representar fielmente todos los detalles de la imagen en la pintura es a su vez su motor creativo y es a través de este proceso tan metódico que utiliza al realizar cada retrato como logra encontrar al retratado en su esencia, valiéndose de los pinceles más pequeños que utiliza como si fueran lápices y con esa mirada actual del retrato académico.